El origen del nombre
de Nicaragua no
está del todo claro, y aún hoy divide a los historiadores y estudiosos del
lenguaje. Según una versión, proviene del náhuatl nic-anahuac (hasta
aquí los de anahuac, en referencia a los poblados náhuatl), otra versión,
considera que proviene de una voz maya.
Existe, además, entre otras, la más difundida versión aunque también la menos
respaldada por los expertos, según la cual el nombre "Nicaragua" se
deriva del nombre de Nicarao,
quien supuestamente fuera el jefe de la población indígena que recibió a los
primeros conquistadores españoles a orillas del actual Lago Cocibolca,
de Granada o Gran Lago, al que Gil González Dávila llamó "Mar de agua
dulce"
Época colonial
El primer europeo en poner el pie en Nicaragua fue Cristóbal Colón, que se refugió de una tormenta al doblar la
desembocadura del río Coco en el cabo Gracias a Dios, en la costa del Caribe, el 12 de septiembre de 1502 en su cuarto y último viaje.
El primer conquistador que visitó parte de las regiones
costeras del Pacífico nicaragüense, en 1522-1523, fue Gil González Dávila, quien durante su recorrido tuvo contacto con un
poderoso rey indígena llamado Nicaragua, Niqueragua o Nicarao, en cuyos dominios
se bautizaron 9017 personas y se recogieron 18,506 pesos de oro bajo. Después
González Dávila se trasladó a un territorio llamado Nochari, situado unas seis leguas al norte de la corte del rey Nicarao, donde
habitaban cinco reyes llamados Ochomogo, Nandapia, Mombacho, Morati y Gotega (Coatega).
Allí se bautizaron 12,607 personas más, y un poderoso rey llamado Diriangén vino con un suntuoso
cortejo a entrevistarse con ´los españoles, pero a los pocos días regresó para
atacarlos. La expedición logró vencer a las tropas de Diriangén, pero tuvo que
retirarse a los dominios de Nicarao, donde hubo otro enfrentamiento con los
indígenas. Finalmente, González Dávila optó por marchar hacia el sur, y en el
golfo de Nicoya se reembarcó con
destino a Panamá, sin haber dejado
fundación alguna.
En 1524, Francisco Hernández de Córdoba, enviado por el
gobernador de Castilla del Oro Pedrarias Dávila, fundó las dos primeras ciudades en lo que seria más
tarde Nicaragua: Granada, a orillas del Lago Cocibolca, y Santiago de los Caballeros de León, a orillas del Lago Xolotlán.
Bajo la gobernación de Pedrarias Dávila la tierra que
luego sería llamada Nicaragua sufrió una alarmante despoblación por los abusos
de Dávila, quien hizo gala un extremado salvajismo en la busca de recursos y
esclavos para las minas de Potosí, y para servir de cargueros. A lo anterior se
unieron las epidemias de enfermedades desconocidas, algunas de origen europeo
que aniquilaban a los indígenas, y las propias de la tierra, que hacían mella
en los conquistadores. Los abusos que este gobernador cometía en su continua
búsqueda de la riqueza forzó a huir a la población. Indios y españoles, fueron
víctimas por igual de los métodos de exacción que Dávila puso en práctica.
Dávila murió con 96 años el 6 de marzo de 1531 y le sucedió Rodrigo de Contreras que gobernó el
territorio desde 1534 hasta 1542 siguiendo la senda de abusos que Dávila
había iniciado.1
Durante el periodo colonial, Nicaragua formó parte de la Capitanía General de Guatemala. Durante ese periodo
Nicaragua fue la principal vía de comunicación entre el Pacífico y el Atlántico
ya que tenía un sistema de transporte lacustre que facilitaba el movimiento de
materias y personas a regiones aledañas. El Realejo fue en particular uno de
los puertos principales en el Pacífico donde se construyeron gran parte de los
galeones entre Manila y Acapulco. El Realejo, entre los siglos XVI y principios
del XIX, sirvió como uno de los puertos principales en el comercio de esclavos
para las colonias en el Pacífico como Perú, Ecuador, Colombia, Acapulco, etc. y
como punto de concentración de las riquezas que se obtuvieron por medio del
comercio bimetálico (Plata para China por medio de Manila, y oro para España.
Gran parte de esos movimientos, pasaron Nicaragua ya que era la más fácil y
mejor protegida, aun así Nicaragua fue atacada por diferentes naciones, Inglaterra
en particular.
En el siglo XVII, los ingleses se establecieron en la Costa de los Mosquitos, así llamada por el nombre de los habitantes
indígenas misquitos, con los que los
ingleses se mantuvieron en buenas relaciones. Fundaron allí la ciudad de Bluefields.
Hasta fines del siglo XVIII, el actual territorio
nicaragüense estaba dividido en una gobernación (Nicaragua, con capital en
León) y los corregimientos de Chontales, El
Realejo, Matagalpa, Monimbó y Quezalguaque. En 1787, estos corregimientos fueron suprimidos y,
junto con el corregimiento de Nicoya, anexados a Nicaragua, que se convirtió en
una Intendencia del reino de Guatemala.
En las Cortes de Cádiz, la Intendencia de Nicaragua estuvo representada
por el licenciado José Antonio López de la Plata, quien junto con su
colega de Costa Rica Florencio del Castillo logró en 1812 que se creara la Provincia de Nicaragua y Costa Rica, como unidad
política y administrativa distinta de Guatemala. Esta provincia
desapareció debido a la restauración absolutista de 1814 y fue restablecida en 1820, al ponerse nuevamente en vigencia la Constitución de Cádiz. El Intendente de Nicaragua, Miguel González Saravia y Colarte, se convirtió en
Jefe Político Superior de la Provincia de Nicaragua y Costa Rica. La provincia se
dividía en siete partidos: Costa Rica, El Realejo,
Granada, León, Nicaragua (Rivas), Nicoya y Nueva Segovia.1
Provincias Unidas de Centroamérica
Los acontecimientos independentistas de México, en
concreto la puesta en marcha del plan de Iguala provocaban mucha
agitación en las provincias que habían pertenecido al reino de Guatemala y que
en el marco de la Constitución de Cádiz ya había dejado de ser una sola unidad
política: Chiapas, Guatemala (con El Salvador), Comayagua (Honduras), y la Provincia de Nicaragua y Costa Rica.
Con la total indiferencia de las clases populares, los
grandes terratenientes y la jerarquía católica se habían ido definiendo en dos
grande grupos y cada uno de ellos editaba un periódico. El grupo
proindependentista, que editaba el diario El editor constitucional,
estaba encabezado por Pedro Molina, José María Castilla, Manuel Monfúfar y José
Francisco Barrundia. El otro grupo era partidario de estar a la expectativa y
ver que pasaba. Este editaba el diario El amigo de la patria y lo
encabezaban José Cecilio del Valle.
El territorio de Chiapas, que hasta 1820
había pertenecido al reino de Guatemala, se adhirió al plan de Iguala
anexionándose a México. Cinco días después, el 15 de septiembre de 1821, se realizó una reunión de personas nobles
de la Ciudad de Guatemala convocada por el Jefe Político Superior de Guatemala Gabino Gaínza en donde se llegó al
acuerdo de declarar la independencia pero hacerla efectiva tras la aprobación
en un congreso de las provincias. Se constituyó una junta provisional
consultiva presidida por Gaínza, de la que formó parte el jurista nicaragüense Miguel Larreynaga.
En un pequeño intervalo de tiempo, menos de 6 años,
España perdía la mayoría de sus posesiones en América, para el 2 de diciembre de 1821 solo mantenía Cuba, Puerto Rico y unos pocos puntos
aislados en la costa de Colombia. En la península el
desorden imperaba por todos los lados, guerrillas operando en Galicia, Cataluña
y Castilla, sublevación incluso de la guardia real y el país al borde de la
guerra civil llegando a la intervención extranjera en 1823 de los llamados Cien Mil Hijos de San Luis, lo que en 1863 era un fuerte imperio
mundial se veía convertido en una mera sombra.
Los puntos básicos del plan de Iguala, que estaba
ejecutando Iturbide en México, estos eran; independencia del país, unidad de
criollos y españoles, religión oficial la Católica y organización política como
monarquía constitucional bajo Fernando VII, eran apoyados, y
hechos suyos, por la oligarquía de Guatemala. Esto producía la independencia el
país pero sin ningún cambio social. La similitud de intereses y el hecho de la
anexión de Chiapas a México, llevó a Gabino Gaínza, jefe político del
país, a convocar una reunión el 5 de enero de 1822 para proponer la incorporación de Guatemala
a México. La propuesta fue aceptada, y Guatemala pasó a integrase en el Imperio Mexicano de Agustín de Iturbide.
El 11 de octubre de 1821 la Diputación Provincial de
Nicaragua y Costa Rica, reunida en León, proclamó la independencia absoluta de
España y la anexión a México. Aunque todos los pueblos apoyaron la
independencia, los partidos de Granada y Costa Rica se separaron de la
provincia, y constituyeron juntas gubernativas separadas de las autoridades de
León. Pronto se exacerbaron los ánimos y a principios de 1823 León atacó
Granada, sin éxito.
El 19 de marzo de 1823 el general mexicano Antonio López de Santa Anna emprendió una campaña militar contra
Iturbide y logró derrotarlo. Los partidarios de la independencia total llamaron
a la organización de un congreso de las cinco provincias del reino de
Guatemala. El general Filísola convocó el congreso, al que no asistió Chiapas, confirmando así su
definitiva separación de Guatemala. El congreso se reunió en la Ciudad de
Guatemala el 24 de
junio
de 1823 y el 1 de julio se proclamaba que
las provincias representadas en esta Asamblea son libres
e independientes de la antigua España, de México y de cualquiera otra potencia;
y que no son ni deben ser patrimonio de persona ni familia alguna.
Nacían de esta forma las Provincias Unidas de Centroamérica, un nuevo estado
compuesto por la unión de las cinco provincias Nicaragua, Guatemala, Honduras, El Salvador y Costa Rica.
El congreso del nuevo estado redactó la constitución que
se proclamó el 22 de noviembre de 1824 y rebautizó al país
con el nombre de República Federal Centroamericana y las provincias
pasaron a ser estados. La constitución fue jurada el 15 de abril en los cinco
estados. En Nicaragua la juró Manuel Antonio de la Cerda. En Nicaragua tardaron en consolidarse las
instituciones, debido a la guerra civil causada por la rivalidad entre las
ciudades de Granada y León.1
La guerra civil nicaragüense
Granada era el principal centro conservador del país, ya
que en ella residían los más importantes terratenientes, productores
principalmente de café y de azúcar. En León, en cambio,
predominaban las clases medias artesanales y mercantiles. En tanto que Granada
era el bastión del conservadurismo político, León era el principal centro
liberal de Nicaragua. La rivalidad entre estas dos ciudades marca la historia
del siglo XIX en Nicaragua.
El primer Jefe Supremo del Estado de Nicaragua fue el granadino
Manuel Antonio de la Cerda, antiguo dirigente independentista, que
asumió el poder el 10 de
abril
de 1825. Su vicejefe, Juan Argüello, conspiró contra él
y lo derrocó al año siguiente. Tuvo lugar una nueva guerra civil entre los
partidarios de Cerda y los de Argüello. Argüello estableció la capital en León,
pero Granada se negó a reconocer su autoridad. El 27 de noviembre de 1829, De la Cerda fue fusilado por orden de
Argüello. Finalmente, los enviados del gobierno federal de las Provincias
Unidas lograron la pacificación de Nicaragua, tras el nombramiento como Jefe
Supremo de Dionisio Herrera, que se mantendría en el poder entre 1830 y 1833. Pocos años después, siendo Jefe Supremo José Núñez (1838-1841), Nicaragua optó por separarse de la
Federación centroamericana.
En 1852 la capital se
estableció en Managua, con el objeto de
poner fin a la sempiterna rivalidad entre León y Granada.
Independencia de Nicaragua
La constitución de la República Federal de Centroamérica fue hecha a la
medida de los intereses de la oligarquía local de cada una de las antiguas
provincias que buscaban mantener su libertad de acción en sus territorios. Los
ejemplos de la revolución de Haití, con el
levantamiento de los negros y mulatos, o la de Venezuela con la rebelión de
las clases populares aterraban a estos terratenientes y les obligó a encerrarse
en su provincia, ahora convertida en República. Esto hizo que se
desbaratara la frágil unidad que había dejado la Constitución de tal forma que
el 30 de abril de 1838 Nicaragua nacía como estado independiente.
El 12 de noviembre de ese mismo año se
establecía la primera Constitución de Nicaragua, que declaraba la
soberanía de la nueva nación, y establecía un régimen parlamentario.
Según la constitución, el poder ejecutivo correspondía a un "Supremo
Director", cuyo mandato duraría dos años.
Período del Directorio
Los quince años siguientes (1838-1853) se denominan en la historia de Nicaragua,
por este motivo, el período del Directorio. Este período estuvo marcado
por la invasión del país por tropas procedentes de El Salvador y Honduras (1844-1845), bajo el mando del dictador salvadoreño Francisco Malespín, que saqueó la ciudad de León.
En 1852 la capital se
estableció en Managua, con el objeto de
poner fin a la sempiterna rivalidad entre León y Granada, aunque esta decisión no se haría efectiva hasta 1858.
El 26 de febrero de 1853 fue elegido "Supremo Director" el
conservador Frutos Chamorro. Bajo su mandato, una nueva Asamblea Constituyente
elaboró una nueva constitución, que puso fin al período del Directorio.
Nicaragua se constituyó en República y se instituyó la Presidencia por un
período de cuatro años. El primer Presidente de Nicaragua fue el propio Fruto
Chamorro, que asumió su nuevo cargo en 1854. Sin embargo, estalló una nueva guerra civil
entre legitimistas (conservadores) y democráticos (liberales), por lo cual la
nueva constitución no llegó a entrar en vigor.
Durante este período, además, Nicaragua se convirtió en
objeto de deseo para dos grandes potencias, Gran Bretaña y Estados Unidos, dadas las
condiciones que su territorio ofrecía para la construcción de un canal entre
los océanos Atlántico y Pacífico.1
El reino de Mosquitia
El 12 de agosto de 1841 el superintendente de Belice acompañado por el
supuesto monarca mosquito desembarcan en San Juan del Norte y comunican a las autoridades nicaragüenses que esa
ciudad y el resto de la costa Atlántica pertenece al reino de Mosquitia. El 10 de septiembre el embajador inglés
hace saber a los nicaragüenses que el reino de Mosquitia es un protectorado
británico cuyos límites se extienden desde el cabo Honduras hasta la
desembocadura del río San Juan.
Detrás de esta decisión y de la creación de este reino en
la llamada Costa de los Mosquitos estaba la posibilidad de la construcción de
un canal interoceánico (Nicaragua y Panamá son los lugares idóneos para la
construcción de un canal que una los dos océanos, para 1835 los estadounidenses
ya habían comenzado sus movimientos para la construcción de un canal por Panamá
por lo que Inglaterra solo tenia la posibilidad de hacerlo en suelo
nicaragüense) para ello se aprovecharía el tramo navegable del río San Juan que
desde su desembocadura llegaba hasta el Lago Nicaragua. San Juan del Norte
quedó incorporado al reino de Mosquitia y paso a denominarse Greytown.
El reino de Mosquitia no continúo al sur, en Costa Rica,
dado que el gobierno de ese país se opuso por las armas, bajo el mando del
presidente de turno Braulio Carrillo, ejemplo que seguiría Nicaragua años
después.
Nicaragua mandó al general Trinidad Muñoz a tomar la plaza
pero el 1 de enero de 1848 los ingleses la recuperaron de nuevo para la
Mosquitia. Después hubo otra escaramuza con Muñoz y de nuevo los ingleses, el 8 de febrero entraron en San Juan
y subieron por el río hasta San Carlos. Los nicaragüenses optaron por la vía
diplomática y establecieron conversaciones con Inglaterra implicando a los
Estados Unidos. De esas conversaciones surgió el tratado Clayton-Bulwer, firmado el 19 de abril de 1850 por británicos y estadounidenses, en el que
Gran Bretaña renunció a sus pretensiones sobre un futuro canal interoceánico en
Nicaragua y que San Juan del Norte fuera declarado puerto libre y territorio
neutral bajo el reino de Mosquitia. Diez años más tarde, en 1860, Inglaterra reconocía los derechos de
Nicaragua sobre la Mosquitia pero aún así se reservaba ciertos privilegios que
había cuidado de introducir en el tratado firmado ese año entre ambos países.
Desde esa fecha la Mosquitia dejó de ser un reino y pasó a ser una reserva cuya
autoridad máxima era un jefe con la característica que el cargo de jefatura era
hereditario.
Inglaterra, apoyada por Austria, que actuaba como árbitro,
declaró en 1888 que Nicaragua no
podía mantener fuerzas policiales ni militares en el territorio de la
Mosquitia. En 1894 Nicaragua entra en
un conflicto armado con Honduras y en el marco del mismo desplaza tropas a Bluefields. La presencia de los
soldados nicaragüenses hace que haya cierto revuelo entre los pobladores, y el
General Rigoberto Cabezas Figueroa, que comandaba las tropas, decide tomar la
plaza, desconocer la autoridad mosquita y declarar la ley marcial el 12 de febrero de 1894]]. Los
ingleses respondieron desembarcando tropas desde el navío Cleopatra,
pero se llegó a un acuerdo y se constituyó una autoridad provisional con
representación mosquita e inglesa.
En junio se produjeron levantamientos en la isla de Corn
Island, el día 3, y en Bluefields dos días después. Los levantamientos estaban
encabezados por el jefe de la reserva, Robert Henry Clarence, pero auspiciados
por el vicecónsul británico E. D. Hatch (en realidad su título era de procónsul
y no tenía "exaquátur" del gobierno de Nicaragua). En el
levantamiento participaron, además de los comerciantes de Bluefields,
ciudadanos estadounidenses, ingleses, jamaicanos y alemanes. Los ingleses
participaron con las tropas de los navíos Cleopatra, Mahauk y Magicienme,
y el capitán del crucero estadounidense Marblehead actuó como mediador
en ciertas ocasiones.
La lucha se entabló en las ciudades de Bluefields y
Bluff, que cayeron en manos nicaragüenses el 3 de agosto y el 31 de julio
respectivamente, tomadas por las tropas al mando del General Cabezas.
El 17 de octubre llegaron las tropas contratadas por Byron Cole al puerto de San Juan del Sur y se dirigieron a la conquista del fuerte de San Carlos como pasajeros en uno de los vapores de la compañía. Fueron repelidos y se vieron obligados a volver a su punto de partida. Poco después, el capitán del fuerte dio el alto a un vapor de la compañía. El capitán del barco no obedeció la orden y desde el fuerte se ordenó abrir fuego. El resultado fue la muerte de una mujer y un niño. Walker, que permanecía en Granada, reaccionó mandando fusilar a Mateo Mayorga, Ministro de Relaciones Exteriores del gobierno de Estrada.
Granada recibió la visita del embajador estadounidense,
demostrándose con este hecho el apoyo de su gobierno al filibustero. Poco
después, Castellón ascendió a Walker a general de brigada. Al poco tiempo, el 30 de octubre, Walker nombró
presidente del gobierno provisional a Patricio Rivas desconociendo la
autoridad de Castellón.
Estos sucesos se basaron en el acuerdo que Walker había
firmado con el general Ponciano Del Corral, que estaba al mando de las fuerzas
de Rivas, por el cual Corral sería nombrado Ministro de la Guerra y Walker Jefe
militar. Cinco días después, el general Corral fue detenido y juzgado por alta
traición. Condenado a muerte, murió fusilado el 8 de noviembre de 1855.
El 23 de noviembre se publicó un
decreto del presidente Rivas por el cual cada adulto que llegara a Nicaragua
recibiría 250 acres de tierra, cien más si era casado. Alentados por estas promesas,
llegaron al país 1.200 estadounidenses más como colonos, que supusieron un
importante refuerzo para Walker.
La Compañía de Tránsito pasó a ser codiciada por William
Walker y para ello hizo que el presidente Rivas nombrara Ministro de Hacienda a
Parker R. French, hombre de confianza del filibustero. Los dueños de la
Compañía reaccionaron y lograron que el presidente de los Estados Unidos, Franklyn Pierce, prohibiera que los
estadounidenses se pudieran sumar a las tropas de Walker bajo la amenaza de que
iban a dejar de estar bajo el protectorado de los Estados Unidos.
Después de intentar la vía diplomática para lograr el
favor del presidente de EE.UU. sin conseguirlo, el 18 de febrero de 1856 el gobierno nicaragüense publicó un decreto
por el que suspendía las actividades de la Compañía y embargaba sus
propiedades. Al día siguiente la concesión fue otorgada a dos hombres de
confianza de Walker, quien se alió con los otros socios de Vanderbilt, a
espaldas de éste. Un mes después, Valderbilt suspendió el servicio de barcos de
Estados Unidos a Nicaragua.
El interés británico por San Juan del Norte, que querían
integrar dentro del Reino de la Mosquitia, la amenaza que
percibía Costa Rica sobre su territorio y negocios al verse amenazado el puerto
de San Juan del Norte que también era usado por los costarricenses, hicieron
que se fraguara una alianza de los países vecinos, con apoyo inglés, para
combatir al filibustero. A principios de 1856 ya existían condiciones para que pudieran
enfrentarse con posibilidades de éxito, contra las tropas de Walker.
Después de una campaña de descrédito contra Costa Rica
orquestada por Walker desde Granada, el filibustero intentó infructuosamente
que un hombre de su confianza, el coronel Luis Schlessinguer, se entrevistara
con el presidente costarricense Juan Rafael Mora Porras.
El presidente de Costa Rica Juan Rafael Mora Porras,
contaba con un cuerpo de oficiales e infantería entrenados por instructores franceses
por los últimos tres años, lo que le permitió tomar la decisión de encabezar
una columna militar hacia Nicaragua. El entrenamiento y organización de los
militares costarricenses era completamente desconocido por Walker.
Las tropas de Walker y las costarricenses se enfrentaron
el 20 de marzo cerca de la frontera
con Nicaragua, en la Hacienda Santa Rosa en Costa Rica. Las tropas de Walker
fueron derrotadas en 15 minutos. Los sobrevivientes huyeron hacia Nicaragua,
informando a sus superiores que fueron atacados por columnas regulares del
ejército francés, dado que ellos pensaban firmemente que los pobladores
centroamericanos, no poseían ninguna capacidad militar.
Una vez asegurada la Hacienda Santa Rosa los
costarricenses tomaron San Juan del Sur, La Virgen y Rivas. El contraataque de
Walker contra la ciudad de Rivas fue rechazado el día 11 de abril, pero una semana
después el cólera arrasó la ciudad, obligando a los costarricenses a regresar a
su país.
El control de la ruta de tránsito era codiciado tanto por
los británicos, como por los estadounidenses, que lo hacían a través de Walker
y el gobierno de Patricio Rivas.
Walker depuso al presidente Patricio Rivas el 20 de junio de 1856 y nombró presidente de Nicaragua a Fermín Ferrer. Walker, acusado de
traición por Patricio Rivas, convocó elecciones presidenciales en Granada y
Rivas cuyo resultado dieron la presidencia del al filibustero. Walker fue
investido presidente en un solemne acto en el cual el presidente saliente fue
Fermín Ferrer. El gobierno de Walker fue reconocido inmediatamente por los
Estados Unidos.
En León, Máximo Jerez contaba con una
fuerza de unos 500 hombres que iba creciendo con los que llegaban de El
Salvador y Guatemala. En septiembre había en León más de 3.000 soldados.
El 22 de septiembre, Walker decretó el
establecimiento de la esclavitud en Nicaragua (que
había sido abolida en 1824), con lo que se ganó
el apoyo de los estados del sur de Estados Unidos. El 24 de septiembre, las fuerzas de León
ocuparon Managua, el 2 de octubre entraron en Masaya y el 31 en Rivas. El 8 de diciembre, Walker atacó el
puerto de San Jorge e incendió la ciudad de Granada. Tomó San Jorge, que
abandonó para tomar Rivas. San Jorge quedó en manos de los aliados y Walker y
los suyos quedaron aislados en Rivas y San Juan del Norte. El cerco se mantuvo
la primera mitad del año 1857, en que se comenzó a
recibir asistencia desde EEUU.
Desde San Juan del Norte, Walker lanzó una ofensiva sobre
los puestos de La
Trinidad y el Castillo Viejo en el río San Juan, donde fue derrotado por los
costarricenses, quienes efectuaron una operación anfibia, capturando todos los
vapores de la Ruta del Tránsito y tomando prisioneros al personal de Walker sin
disparar un tiro. El 22 de
marzo
comenzó el asalto a Rivas por parte de los aliados. Los soldados de Costa Rica
tomaron el centro de la ciudad, pero se continuaba luchando en los barrios. El
día 26 llegó el resto de las tropas, que fue conquistando la ciudad barrio a
barrio. El 11 de abril todavía había resistencia en la ciudad. Mientras tanto,
frente a San Juan del Sur se hallaba la corbeta de guerra Saint Mary de la
armada de EE.UU.
Por el otro lado, por el puerto de San Juan del Norte en
la desembocadura del río San Juan, llegaban tropas filibusteras y las tropas
costarricenses que habían tomado previamente la Ruta del Tránsito y que se
encontraban fuertemente armadas, se dispusieron a tomar la plaza. Un
destacamento naval inglés se encuentra frente a la misma y su capitán, Comodoro
John Erskine, se presta a servir de intermediario. El 13 de abril de 1857
abandonan la plaza de San Juan del Norte las tropas filibusteras.
En Rivas, Walker resiste en el centro de la ciudad. El 27 de abril los aliados cargan
contra las posiciones de Walker y el capitán de la corbeta de guerra de EE.UU.
Saint Mary, Charles Davis, interviene logrando sacar a Walker en su barco que
deja aguas nicas a comienzos de mayo.1
La vuelta
A finales de noviembre de 1857 William Walker ataca la
ciudad de San Juan del Norte. Había obtenido recursos de los estados del sur de
EE.UU. que se había ganado con el establecimiento de la esclavitud en
Nicaragua. El objetivo era que Nicaragua pasara a ser un estado esclavista más
de la Unión. Tras San Juan del Norte cayó Castillo Viejo y cuando ya se estaba
preparando de nuevo la campaña para volver a expulsar al pirata, una flota de
guerra compuesta por naves de EE.UU. e Inglaterra le ordenan rendirse, cosa que
hace.
William Walker volvería a Centroamérica en 1860, esta vez a Honduras donde sería apresado
y fusilado en Trujillo el 12 de septiembre de 1860.
Finalizado el período regido por William Walker se firmó
un pacto entre liberales y conservadores, el llamado Pacto Chachagua, con una fórmula de
gobierno de coalición entre liberales y conservadores, con dos presidentes, Tomás Martínez y Máximo Jerez. El 15 de abril de 1858 se firmó con Costa Rica el llamado tratado Cañas-Jerez, por el cual se reconocía la soberanía que tenía la
nación vecina sobre los territorios de Nicoya y Guanacaste. Ese mismo año se
promulgó una tercera constitución, que fue la vigente durante las tres décadas
siguientes, denominadas "los treinta años conservadores". Con 35 años
de vigencia, es hasta hoy la más duradera de la historia de Nicaragua
Los treinta años conservadores
Tras el período transitorio de un año en que la jefatura
del estado fue ocupada por dos presidentes ("gobierno binario"), el
conservador Tomás Martínez fue elegido presidente de Nicaragua para el período 1859-1863. Aunque según la Constitución de 1858 no era
posible presentarse a un segundo mandato presidencial, Martínez se hizo
reelegir en 1863, lo cual motivó la
insurrección del liberal Máximo Jerez y del conservador Fernando Chamorro. Ambas
insurrecciones fueron vencidas, y Tomás Martínez gobernó hasta 1867.
Le sucedió Fernando Guzmán (1867-1871), durante cuyo mandato continuó la
inestabilidad política. Una nueva guerra civil, que estalló el 25 de junio de 1869, se resolvió gracias a la mediación
estadounidense. Le sucedieron Vicente Quadra (1871-1875), Pedro Joaquín Chamorro (1875-1879), Joaquín Zavala (1879-1883), Adán Cárdenas (1883-1887), Evaristo Carazo (1887-1889) y Roberto Sacasa (1889-1893). Durante todo este período estuvo en
vigencia el sufragio censitario, según el cual solo los grandes propietarios tenían
derecho a emitir su voto. La normalidad fue interrumpida por el levantamiento
del militar liberal José Santos Zelaya, que puso fin en 1893 a las tres décadas de dominio
conservador.
Durante la última parte de los "treinta años
conservadores", el café se convirtió en el
centro de la economía del país. Para dar salida a las exportaciones de este
producto se mejoraron notablemente los transportes, con la introducción del ferrocarril. Se promulgaron
leyes agrarias que favorecían a los grandes terratenientes cultivadores de
café.
La Costa de los Mosquitos, protectorado británico, pasó a Honduras en 1859 y, finalmente, a Nicaragua, en 1860. Sin embargo, mantendría su autonomía hasta 1894, cuando el general José Santos Zelaya, que el año anterior había llegado al poder gracias a
una revolución liberal, la reintegró a Nicaragua.
Época de José Santos Zelaya
José Santos Zelaya (1893-1919) gobernó Nicaragua durante dieciséis años,
entre 1893 y 1909, ejerciendo un gobierno ilustrada. Su
gestión gubernamental provocó gran desarrollo en el país de Nicaragua. Modernizó al Estado
introduciendo modernas leyes, creó nuevas instituciones, promulgó códigos,
reglamentos, introdujo el Habeas Corpus. El General Zelaya
convirtió a Nicaragua en la más próspera y
rica nación de Centroamérica. Instauró la
educación gratuita y obligatoria, construyó escuelas, trajo de correos,
vapores, el ferrocarril, telégrafos, carreteras, entre muchos avances más.
Entre sus logros se encuentra la reintegración a Nicaragua del territorio de la
Costa de los Mosquitos, o reino de Mosquitia, y el establecimiento de una
efímera federación de naciones centroamericanas, la República Mayor de Centroamérica, que duró tres años
(1895-1898) y de la que solo formaron parte, además de Nicaragua, El Salvador y Honduras. Bajo el signo del
progreso, Zelaya inició además una serie de reformas en el país, como la
institución de la enseñanza laica y del matrimonio civil, y decretó la
confiscación de los bienes de la Iglesia. Bajo su gobierno, se dio impulso a la
construcción de líneas ferroviarias, y al transporte marítimo, con la
introducción de la navegación a vapor en el lago Managua y la realización de
importantes obras en los puertos de San Juan del Sur y San Juan del Norte.
Era partidario de la creación de unos Estados Unidos
de América Central, lo que le llevó a apoyar a otros partidos liberales de
distintos países centroamericanos que pudieran defender el mismo proyecto, y a
promover diversas conferencias unionistas centroamericanos, especialmente las
cumbres presidenciales celebradas en Corinto y el Pacto de Corinto.
La administración de Zelaya mantuvo tensas relaciones y
desacuerdos con Estados Unidos, lo que llevó a éste a dar ayuda a los
opositores conservadores de Zelaya en Nicaragua. En 1907, buques de guerra estadounidenses
ocuparon diversos puertos de Nicaragua.
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